tag:blogger.com,1999:blog-4713550379640760966.post4820409601479263470..comments2022-11-25T00:38:59.095-08:00Comments on Reflexiones de una mente somnolienta: Conversación en La CatedralLuishttp://www.blogger.com/profile/17922667791927580968noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-4713550379640760966.post-69988770878533810022009-08-05T09:27:06.997-07:002009-08-05T09:27:06.997-07:00Terminé Conversación en la Catedral hace apenas un...Terminé Conversación en la Catedral hace apenas unos minutos. Me gustó muchísimo. Es la primera vez que leo a Vargas Llosa, quien como político y persona nunca me ha simpatizado, pero a quien como autor ahora admiro intensamente. <br /><br />Lo primero que me deja Conversación en la Catedral es una tristeza profunda (íntima quizás, recordando la epígrafe que citas). Tristeza por los personajes, por lo reales que son Zavalita, Ambrosio, Amalia, Cayo Bermúdez y sobre todo tristeza por lo devastadoramente latinoamericana que es esta novela. Fue aquí, Luis. Piensa, cuando Vargas Llosa escribió esta novela, que América Latina se jodió. Ese ambiente triste que siempre tiene Lima por su situación geográfica queda perfectamente retratado en la novela pero al mismo tiempo es contagioso y bien me parecen la(s) historia(s), la tristeza, parte de nuestra realidad actual en México. Echa una mirada sobre tu hombro, en nuestro país, ¿cuántos Ambrosios? ¿cuantos Zavalitas frustrados? ¿cuántas niñas Tetés? ¿cuántos don Fermines? ¿cuántas Musas? ¿cuántos Cayos Mieda? ¿cuántos senadores con intereses y sin escrúpulos? ¡Están por todas partes!<br /><br />Comencé Conversación en la Catedral varias veces desde principios de la década o algo así que me regalaste el libro y sólo este verano me propuse leerla de verdad. Es cierto que al principio cuesta trabajo ubicarse en los múltiples niveles de conversación, pero unas 60 o 70 páginas libro adentro uno comienza a moverse, como diría Vargas Llosa, como pez en el agua y después, saber más y más sobre los personajes es una verdadera adicción y toparse con los distintos niveles de la historia general, una delicia. <br /><br />En la historia de Santiago Zavala me gustaron las formas que se repiten: los múltiples "¿fue ahí?" y los "piensa, Zavalita." Me sorprendió mucho el punto de vista tan femenino en la historia de Amalia. Además, las distintas clases sociales están muy bien delineadas en los diálogos y narrativas. Me encantó que La Catedral no fuera la Catedral de Lima, sino un barecillo de mala muerte. En las veces que intenté leerla me imaginaba a Zavala y Ambrosio platicando en unas bancas enormes de madera bajo el altar de algún santo o virgen.<br /> <br />Regresando a tu reflexión somnolienta principal, creo que tienes razón al destacar la idea de la "historia íntima" de las naciones. En este sentido, me gustó por ejemplo que nunca aparece Odría como personaje. Los movimientos políticos y la corrupción están en la novela, pero siempre emanando desde los individuos que participan en ellos o practican la misma. Así que el lector no puede esperar encontrar una historia tradicional de la dictadura odriísta en esta novela.Bárbaranoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4713550379640760966.post-45077335491479675922008-12-01T11:55:00.000-08:002008-12-01T11:55:00.000-08:00Ay Luis, comencé a leer Conversación en la Catedra...Ay Luis, comencé a leer Conversación en la Catedral en septiembre pasado pero como estaba en el mar donde la vida es más sabrosa y el estar horas en remojo en la piscina es una tarea relevante que no se puede soslayar, no llegué más allá de las primeras páginas... <BR/>Me interesa mucho y más después de haber estado en Lima. Así que me niego a leer tu reseña hasta que vuelva a reencontrarme con esta novela (enero, tal vez?) que tú me regalaste hace unos años...Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4713550379640760966.post-17332248849763479552008-11-29T10:21:00.000-08:002008-11-29T10:21:00.000-08:00Coincido plenamente, mi querido Luis. Vargas Llosa...Coincido plenamente, mi querido Luis. Vargas Llosa es uno de mis autores favoritos—mucho más que sus equivalentes mexicanos o colombianos de los años del “boom”, y creo que Conversación en la Catedral es la novela suya que más me ha gustado (aunque otros de sus libros como “La Tía Julia”, “La ciudad y los perros” y “La fiesta del Chivo” demuestran que es un autor consistente y versátil). Ciertamente la obra es difícil a principio, pero no es como otros textos de estilo experimental, que ofrecen poco más que la satisfacción de poder seguirlos. Por el contrario, a mi me pareció que la complejidad narrativa de Conversación en la Catedral sirve muy bien para crear la atmósfera de la novela (una conversación algo etílica sobre un pasado que sería preferible no recordar). Una vez que la trama, algo borrosa en las primeras páginas, se va aclarando, la Conversación se lee con la misma fluidez que una novela de vampiros de Anne Rice. Por supuesto, yo que siempre soy muy optimista, y además gozo del privilegio de estar perfectamente desinformado, prefiero pensar que Vargas Llosa (que en sus columnas periodísticas siempre me ha parecido una calamidad como analista político) tiene razón esta vez, y que en el Perú quedaron atrás los días aciagos que inspiraron Conversación en la Catedral.Robertohttps://www.blogger.com/profile/12164961895310003097noreply@blogger.com