martes, 21 de octubre de 2008

Conversaciones ajenas

Debo confesar que entre todas mis perversiones, manías y mañas hay una que es particularmente grave, porque es fundamentalmente irrespetuosa: soy un voyerista verbal. Un voyeur o, mejor dicho un écouteur. Esto es, me apasionan las conversaciones ajenas, me encanta escuchar furtivamente fragmentos de pláticas que no están dirigidas a mi.

Confiéselo, amable lector: a usted también le gusta, a veces, escuchar casualmente las palabras que se cruzan entre personas desconocidas, sentadas en una mesa cercana de un restaurante, o en la fila de la caja de una librería, o en un elevador, o en un vagón del metro.

En mi, la cosa llega al grado de obsesión. Tanto así que estoy considerando seriamente comprarme una de esas pequeñas grabadoras portátiles —dictáfonos, creo que les llaman— para poder pescar al vuelo esas frases, estos pellizcos de vidas ajenas, como un cazador de mariposas. Y así podría ir reuniendo una colección de conversaciones, a veces graciosas, a veces tristes,casi siempre triviales, siempre fascinantes. Cuando lo haga prometo compartirlas con ustedes por este blog. (Por cierto, si alguien tiene uno de esos aparatitos que ya no le sea util, haga el favor de hacérmelo llegar)

Y aunque casi siempre siento curiosidad por saber más acerca de la vida de los conversadores (¿cuál es ese trabajo del que están tan hartos? ¿es realmente tan mala esa nuera de la que se quejan tan amargamente? ¿qué película es esa que tienen tantas ganas de ver?). Pero, en realidad, no quiero saber nada más de estas personas: lo que les da su fascinación a las conversaciones ajenas es precisamente eso, que son ajenas. Si supiera el contexto en que se producen, si conociera la vida y milagros de sus autores, si me volviera parte de sus vidas, sus pláticas perderían su carácter fugaz, mágico, volátil, casi siempre absurdo, y se volverían conversaciones comunes y corrientes… conversaciones propias.

De las conversaciones ajenas me interesa tanto el contenido (lo que dice la gente) como la forma (como lo dicen). A continuación transcribo algunoas muestras aleatorias que he escuchado últimamente y que, por alguna razón, se me quedaron en la memoria:

—…dígame usted si es justo, doña Carmelita, dígame si es justo que me trate así, después de todo lo que he hecho yo por ese muchacho…
—…o sea que tenía que estar en Dubai a las once de la mañana y menos de doce horas después, en Nueva York…
—…le pones mucha mantequilla y al final le espolvoreas un poquito de canela, y ya verás qué sabroso te va a quedar…
—… te digo que era una chulada de escuincla, haz de cuenta la Kim Bassinger, pero en morena…
—…y en eso que agarra, que voltea y que me dice: “ya me voy”…
—….insisto: la hermenéutica es precisamente la pretensión de explicar las relaciones existentes entre un hecho y el contexto en el que acontece…
—…güey, no mames, la ví y me quedé así de ¡güey, güeeeeeeeey!...
—… tenemos a la mujer secuestrada escondida en el sótano de una casa que está en Insurgentes 254… (Ok, admito que ésta última nunca la he escuchado. Pero ¿a poco no sería de lo más emocionante escuchar casualmente esa conversación en particular?)

8 comentarios:

Roberto dijo...

hmmm... Pues a veces yo agarro, volteo y les digo: "ya me voy". Por el tono de lo que escuchaste ¿crees que se lo tomen mal?

Atzimba dijo...

jajaja. Yo también escucho historias ajenas, para qué te digo que no si sí.

Trendy dijo...

Recientemente escuchado, en un Burger King, de boca de una nila absolutamente fresa, con ese tonito que alarga las palabras al finaaaaaaaal: "Lo mejor para comer en Europaaaaaaaaa, es Mc Donalds!! No saben que rico eeeeeeees!(Lo siguiente que se escucho fue mi cabeza golpeando la mesa. En situaciones como esa quisiera no tener el hábito de escuchar conversaciones ajenas

Roberto dijo...

MLdPH!

Astro dijo...

Luisito, nunca te contesté la petición de pasarte la dirección de mi blog donde estás como único blog recomendado hasta el momento jeje.
www.lacasadelaveletaydelrelojdesol.blogspot.com

Besos

Astro dijo...

Yo el otro día fui absorbido por la mala vibra de una conversación ajena. Luego descubrí que Nacho también estaba al pendiente (siendo que pretendía que hablaba conmigo mientras yo pretendía que hablaba con él) y reímos mucho al revivirla.
Las chicas en cuestión estaban:
- Es que es muy fuerte, muy fuerte... qué morro... viene con semejante barriga a saludarme y yo pensé ¡qué fuerte!
- Sí, super fuerte, a mí me pasó también. Resulta que no son ni para llamar y avisarte que están esperando.
- Claro y luego me dice, cuando quedes tú, me llamas... Y yo pensé "venga sí, bonita, así como hiciste tú".
Y nosotros pensamos, pues con esa mala leche que se cargan ¿quién coños va a querer participarles que está embarazada?!!!

Anónimo dijo...

guille, yo te recomiendo un fabuloso aparatito para escuchar mejor las conversaciones ajenas que anuncian en la TV y se ve que es LA onda!!

aunque debo decir que en alguna parte del comercial aparece un simpático letrerito que dice ago así como: "escuchar conversaciones ajenas se considera de mal gusto" jajaja priceless!!

Anónimo dijo...

jijiji yo tuve ese aparatito alguna vez. Era una baratija (quizás la versión pirata del que dice badbie), pero es muy divertido. Si vieran de lo que se entera uno.
M